¿Cómo imaginamos las ciudades del futuro? ¿Y qué habría que hacer para mejorarlas? ¿Cómo se puede lograr que sean espacios más participativos e impulsar su desarrollo sin perder calidad de vida? Se trata de una cuestión compleja que plantea muchos interrogantes y que requiere creatividad, trabajo interdisciplinario y la implicación de la ciudadanía. Por este motivo, el tema fue objeto de reflexión el pasado 5 de noviembre en una mesa redonda dentro del ciclo «Los debates de RecerCaixa».
En la sesión, moderada por Carles Capdevila, periodista y director del diario ARA, participaron tres investigadores del programa RecerCaixa: Joan Ramon Borrell, investigador del Grupo de Investigación en Gobiernos y Mercados del Instituto de Investigación en Economía Aplicada (IREA-UB), Pere Fuertes, subdirector de Investigación y Calidad de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallés y miembro del grupo de investigación HABITAR-UPC, y Zaida Muxí, profesora de urbanismo de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona e investigadora principal del proyecto de rehabilitación territorial Postsuburbia. Además, también participó Enric Coll, coordinador de la Red de Ciudades y Pueblos hacia la Sostenibilidad.
La gestión de las zonas urbanas se ha convertido en uno de los desafíos de desarrollo más importantes del siglo xxi: actualmente, el 54% de la población mundial se concentra en núcleos urbanos y, de acuerdo con las últimas previsiones de Naciones Unidas, es una tendencia que sigue creciendo y que podría incrementarse en 2.500 millones de personas en el año 2050, especialmente en los países de Asia y África. Pero ¿cuál es la mejor estrategia para impulsar este crecimiento de manera positiva?
Tal y como se puso de manifiesto en el debate, se trata de una cuestión que no puede resolver solo la Administración, ya que la configuración y dinámica de cada ciudad depende de muchos factores que se escapan del ámbito de la gestión pública y que son el resultado de inercias internas y de un pacto continuo entre los distintos intereses en conflicto que conviven en estos espacios. «Las ciudades son el resultado de una interacción continua entre decisiones privadas y públicas. Su configuración es el resultado de las prioridades que los habitantes dan a diferentes aspectos, como la vivienda, la seguridad, el medio ambiente o la movilidad», apuntó el economista Joan Ramon Borrell.
Por otra parte, el concepto de calidad de vida es relativo y tiene un componente de valoración subjetiva. Prueba de ello es que hay muchos rankings de «ciudades más habitables» y los resultados varían en función de los criterios y parámetros evaluados. «Una ciudad con una alta renta per cápita no es sinónimo de riqueza ni de calidad de vida si esta riqueza está distribuida de manera desigual», explicó Carles Capdevila. La calidad de vida que ofrece una ciudad está relacionada con las facilidades que brinda para la gestión del tiempo, la autonomía para desplazarse, y la conciliación de la vida personal y laboral, según Zaida Muxí.
Otros aspectos importantes a la hora de definir el concepto de calidad de vida están vinculados a las interacciones sociales que se establecen y al uso que los ciudadanos hacen de los espacios públicos. En este sentido, el investigador Pere Fuertes, que ha participado en el proyecto RecerCaixa Rehabitar la casa, la calle, la ciudad, destacó algunas iniciativas que ya se han puesto en marcha, como la creación de huertos urbanos, que favorecen la relación entre los vecinos, la creación de redes sociales y la transformación de los bajos de las viviendas en espacios donde se ofrecen talleres y actividades de interés ciudadano, un fenómeno que está ganando terreno.
Las políticas actuales promueven, según Enric Coll, un modelo de ciudad cada vez más autosuficiente. Pero, con todo, la mayoría no se pueden desvincular de su territorio ya que todavía dependen, y mucho, del entorno que las rodea en cuanto a la disponibilidad y la gestión de los recursos que necesitan.
También se destacó la necesidad de luchar contra la segregación urbana y los factores que favorecen las desigualdades sociales dentro de las ciudades, que pueden influir en la salud y en la esperanza de vida de sus habitantes. Por ejemplo, en el caso de Barcelona, con respecto a los hombres hay una diferencia de esperanza de vida de nueve años entre los ciudadanos que viven en el distrito de Sant Gervasi y los que viven en el distrito del Raval.
Como conclusión, los ponentes coincidieron en que la gestión pública no puede resolver todos los problemas que afrontan las grandes urbes y que, por ello, es necesario que los ciudadanos asuman su corresponsabilidad, de manera que todos los actores implicados —Administración, iniciativa privada y sociedad civil— puedan colaborar, aportar propuestas y participar activamente en la definición del modelo de ciudad que quieren crear y proyectar en el futuro.
«Los debates de RecerCaixa» es una iniciativa impulsada conjuntamente por la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) y la Obra Social “la Caixa”. Su objetivo es abrir un espacio de diálogo con la ciudadanía para propiciar el intercambio de opiniones sobre temas que son objeto de investigación en el marco del programa RecerCaixa, así como proponer acciones que contribuyan a aportar mejoras.
Por Carme Pérez, Departamento de Comunicación del programa RecerCaixa
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