Luisa Massarani (@LuisaMassarani), una de las grandes referentes del continente americano en el campo de la comunicación científica, ha visitado Barcelona. Aprovechando el viaje, el pasado martes 12 de noviembre participó en una sesión organizada por el Máster de Comunicación Científica, Médica y Ambiental impartido en la BSM-UPF, para contar cómo evoluciona la ciencia (y su comunicación) en su país, Brasil, y en Latinoamérica. Junto a Luisa, otros cuatro conferenciantes, todos ellos ex alumnos del máster, conectaron por videoconferencia desde sus respectivos países (Argentina, Chile, Costa Rica y México), para ofrecer una visión más amplia y completa de dicha evolución.
El evento fue presentado y moderado por Gema Revuelta, directora del máster que justo cumple 25 años con esta edición, y fue anunciado con el título de Conversatorio: comunicación científica al otro lado del charco. Conversatorio es precisamente el nombre que reciben las mesas redondas en algunos países de Latinoamérica, con lo que, dada la temática de la tarde, esta palabra debía aparecer en el cartel del evento.

Luisa Masarani da inicio a la sesión hablando sobre el estado del arte de la divulgación científica en América Latina.
Luisa Massarani, la primera en tomar la palabra, realizó un breve ‘vuelo panorámico’, como ella misma describió, sobre el estado de la comunicación científica en toda América Latina. En él destacó la ilusión y las ganas de los distintos países en divulgar ciencia en los últimos años, pero hizo especial énfasis en la vulnerabilidad de todo lo creado y conseguido, mencionando como ejemplo el desastroso incendio que acabó con el Museo Nacional de Río, así como la gestión del actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
Otro tema que abordó en la sesión fue sobre una encuesta realizada a personas que trabajan en el sector de la divulgación de la ciencia. La mayor parte de ellas son estudiantes voluntarios, que reciben una recompensa económica muy reducida por su labor; otros, son científicos que cumplen con su responsabilidad social, puesto que están contratados por la administración pública. En consecuencia, los profesionales del sector se cuentan en un porcentaje muy reducido, cosa que se explica con otra conclusión de la misma encuesta: el 50% de las empresas que respondieron no tienen presupuesto para la divulgación científica.
En cuanto a los museos de ciencia (en el sentido más amplio: centros interactivos de ciencia, zoológicos, jardines botánicos, etc.) en Latinoamérica, Massarani tiene constancia de un total de 464 centros -de los cuales 110 son accesibles para personas con discapacidad-. Ello supone una muestra del incremento de interés por la ciencia, “aunque todavía es insuficiente para el tamaño de la región” destaca Luisa, más teniendo en cuenta que estos centros se encuentran centralizados en algunos países y ciudades (sin ir más lejos, 272, más de la mitad, se ubican en Brasil).
Así pues, los esfuerzos dan sus frutos poco a poco, pero por ahora sólo entre un 10 y un 15% de la ciudadanía está involucrada en la ciencia según Luisa. Y a esta reducida comunidad científica le cuesta todavía colaborar, tanto entre los grupos de un mismo país, como de forma internacional e intercontinental. Eso es algo a mejorar, pues la ciencia -y su divulgación- debe ser colaborativa.
Los ponentes que siguieron a Luisa Massarani, en conexiones más breves mediante videoconferencia, perfilaron la sesión desde un punto de vista más personal.
Victoria Mendizábal (@VickyMendizabal) contó desde Argentina su particular camino en el mundo de la comunicación científica, recordando que “no existe una hoja de ruta o manual de instrucciones”, sino que hay que ir dando saltos hasta dar en la tecla.
Andrea Obaid (@AndreaObaid) se unió desde Chile para hablarnos de la importancia que ha tomado la divulgación en su país y de la cantidad de medios dispuestos a ello, así como de la importancia de los comunicadores científicos para hacer frente a la profunda crisis social en la que se vive.
Debbie Ponchner (@debbieponchner) conectó desde Costa Rica, destacando la desorganización del sector en su país y el conflicto de intereses, dos cuestiones que provocan un debate constante entre periodistas y comunicadores de la ciencia.
Por último, desde México habló Daniel de la Torre (@DoctorSigfrido), quien dio voz a las distintas organizaciones de talleristas, destacando la importancia de dichos talleres con el fin de mostrar la ciencia como algo cercano a lo que dedicarse.
Con estas cuatro intervenciones y testimonios personales, terminó un conversatorio que sirvió para acercar la situación de la comunicación de la ciencia en los países ‘del otro lado del charco’. Así pudimos ver las diferencias particulares entre los diferentes países, cada uno afectado por sus propias condiciones sociales, y todo ello amparado por la visión global que ofreció Luisa Massarani al inicio de la sesión. En definitiva, hay mucho hecho, pero aún queda mucho por hacer.
Marc Masip (@MasipMarc)
Este blog cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia e Innovación