“¿Cómo le dices a la gente que tiene que pasar hambre para regenerar el océano?”

Es una de las reflexiones que se dieron entorno en la mesa redonda sobre la la salud de los océanos y el impacto humano en ella. La mesa redonda se celebró con motivo del Día Mundial de los Océanos y fue organizada por el Máster de Comunicación Científica, Médica y Ambiental de la Barcelona School of Management de la Universidad Pompeu Fabra (BSM-UPF) y el Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad, también de la UPF, con el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT). La frase fue pronunciada por Mónica Montory, investigadora de la Universidad de Concepción (Chile) y la acompañaron Josep Mª Gili, profesor del Instituto de Ciencias del Mar (ICM) del CSIC; Rosa Mª Tristán, periodista especializada en medio ambiente; y Joaquín Tintoré, director del Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares.

 

De arriba a abajo: Camila Amigo, moderadora; Mónica Montory, ponente; Josep Mª Gili, ponente; Rosa Mª Tristán, ponente; Joaquín Tintoré, ponente.

Los expertos debatieron sobre la salud actual de las aguas marinas, los problemas que puede generar su contaminación tanto al ecosistema como a los humanos y las posibles soluciones. Joaquín Tintoré aseguró que “los océanos tienen una gran capacidad de recuperación”, pero para ello debemos dejar de maltratarlos y Josep Mª Gili añadió que “el océano necesita que lo dejemos curar, o incluso que lo ayudemos”. Para el profesor del ICM, los síntomas del océano serían comparables a los de un virus en un humano, salvo que, en esta situación, dice, el virus somos los humanos.

Mónica Montory coincidió con Gili en su comparación: “somos un virus, y está asociado a la tecnología”. Las razones de ello son que muchos avances en nuestra calidad de vida acaban convirtiéndose en deshechos en el mar, como la crema solar. Pero ello conlleva problemas, asegura. Y es que en ocasiones no es fácil equilibrar las necesidades económicas con las medioambientales.

Para Rosa Mª Tristán, es muy importante saber hacer llegar a la población la relación entre la pérdida de biodiversidad y el impacto que ello tiene en la especie humana: “No existen departamentos estancos en el planeta Tierra”. Y precisamente ahí entra el papel clave del científico: “no podemos esperar a que las administraciones nos den las soluciones”, aseguró Josep Mª Gili, “los científicos tenemos que salir del laboratorio y trabajar más con la gente”, porque “grandes problemas sanitarios para nosotros responden a problemas ambientales muy grandes”.

Al concluir, los cuatro asistentes coincidieron en que la actual crisis sanitaria derivada de la Covid-19 puede ser una oportunidad para acercar la ciencia a la ciudadanía. Para Tintoré es “una gran oportunidad de volver a poner encima de la mesa el papel de la ciencia y en un día como hoy, el día de la salud del océano, de valorar el papel del océano como un elemento esencial del bienestar de los ciudadanos y su calidad de vida”.

 

Daniel Rodríguez Urbano

 

 

Puedes recuperar el vídeo de la mesa redonda en nuestro canal de Youtube.



Este blog cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia e Innovación